La Secretaría de Cultura considera necesario comunicar de manera transparente los criterios que orientan el uso del Auditorio Provincial del Centro Cultural MEDASUR, una sala pública de 350 butacas cuya gestión requiere profesionalismo, previsibilidad y responsabilidad en el manejo de los recursos humanos y técnicos que demanda su funcionamiento.
Canon por cesión: 12% de la capacidad total como mecanismo proporcional, razonable y legal
En los espectáculos onerosos, la cesión del Auditorio contempla un aporte equivalente al 12% del valor de la entrada multiplicado por la capacidad total de la sala. El precio de la entrada es fijado exclusivamente por el artista o productor, no por la Secretaría de Cultura.
Este criterio garantiza:
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Proporcionalidad: el aporte se ajusta a la escala de cada evento.
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Equidad: evita desigualdades entre propuestas de distinta magnitud.
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Transparencia: el canon se aplica con reglas claras e iguales para todos.
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Autonomía artística y económica: cada proyecto mantiene la libertad de definir su valor de entrada.
El aporte no constituye una mera vía de recaudación sino una herramienta administrativa indispensable para sostener el funcionamiento del Auditorio y el fomento de múltiples iniciativas culturales. Cada uso del espacio genera costos fijos —personal técnico y de atención, apertura del edificio, sonido, iluminación, limpieza, seguridad, energía— independientemente de si asisten 20 o 350 personas.
Este esquema se encuentra plenamente respaldado por la Ley 1604/94 del Fondo de Promoción Cultural de la Provincia de La Pampa, que habilita la fijación de regímenes tarifarios (Art. 2) y establece la posibilidad de aplicar exenciones totales o parciales cuando razones de mérito, oportunidad o conveniencia así lo justifiquen. Los importes recaudados se destinan íntegramente al Fondo, contribuyendo tanto al sostenimiento del Auditorio como al financiamiento de diversas actividades culturales promovidas por la Secretaría.
Profesionalismo y responsabilidades compartidas
“Respetamos profundamente todas las expresiones artísticas, sin importar su escala o convocatoria. Pero el uso de un espacio público de esta envergadura requiere acuerdos claros. El profesionalismo implica responsabilidades compartidas”, señalaron autoridades de la Secretaría.
Cuando un artista o productor firma un contrato, las condiciones —incluido el porcentaje correspondiente al canon— están especificadas desde el primer momento, al igual que la información sobre disponibilidad de equipamiento técnico y personal de sala. Esto evita sorpresas o malentendidos y asegura un compromiso recíproco.
“La responsabilidad profesional implica respetar las reglas establecidas, del mismo modo que el Estado se compromete a garantizar condiciones técnicas de calidad, previsibilidad administrativa y un trato respetuoso hacia cada artista. Cuidar a las y los trabajadores de la cultura implica ofrecer escenarios adecuados y, al mismo tiempo, exigir el mismo nivel de compromiso y coherencia para que el sistema funcione de manera equitativa”, agregaron.
Criterios objetivos para el uso del Auditorio Provincial
Para asegurar un uso justo, transparente y coherente con la misión pública del Auditorio, la Secretaría de Cultura aplica criterios objetivos que no evalúan la calidad artística, sino la pertinencia del uso del espacio:
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Interés público y pertinencia cultural del evento.
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Compatibilidad entre el aforo previsto y la magnitud del Auditorio.
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Costos operativos y sostenibilidad del espacio.
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Viabilidad técnica y logística según las necesidades del proyecto.
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Equidad en el acceso, evitando usos concentrados o desproporcionados.
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Cumplimiento contractual y adecuado manejo administrativo.
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Posibilidad de exenciones fundamentadas cuando la naturaleza del evento lo amerita.
Estos criterios permiten administrar el Auditorio con equidad, transparencia y responsabilidad institucional.
Garantía de acceso: una sala alternativa gratuita y profesional
Para ampliar y democratizar el acceso a la infraestructura cultural, la Secretaría de Cultura ofrece también el Auditorio Aldo Umazano del Centro de Artes, un espacio gratuito y profesional de 80 butacas, equipado con los recursos técnicos y humanos necesarios para propuestas de menor aforo. Esta alternativa asegura que todos los proyectos artísticos cuenten con un ámbito adecuado para su desarrollo.
